¿Quién no desea ser exitoso? Al menos yo nunca he escuchado a alguien decir: “¡Yo tengo el deseo de ser un fracasado!” Todos, de alguna manera u otra buscamos el éxito. Esto es algo bueno, sin embargo, al mismo tiempo puede ser peligroso. A continuación comparto algunos puntos de reflexión…
“Ustedes son la sal de la tierra. Pero ¿para qué sirve la sal si ha perdido su sabor? ¿Pueden lograr que vuelva a ser salada? La descartarán y la pisotearán como algo que no tiene ningún valor”. (San Mateo 5:13, 14) La noche en que el vapor Princess Alice chocó…