La arqueóloga culinaria Tova Dickstein, experta en la dieta de la época del segundo templo judío y especialista en la de Jesús de Nazaret, explica qué comía y cómo se puede seguir su alimentación hoy en día.

“La comida de la época del segundo templo era diferente porque se trataba de un mundo sin refrigeradores”, recuerda la arqueóloga Tova Dickstein. “En esta región llovía durante unos cinco meses al año y durante esos cinco meses había comida para el ganado y el resto del año no, lo cual encarecía mucho la carne, que era consumida solo durante las fiestas”, agregó la experta.

La dieta bíblica, entonces, era básicamente vegetariana exceptuando en las ocasiones festivas.

Sin embargo, la dieta de Jesús de Nazaret era un poco diferente, señaló la arqueóloga, porque la mayor parte de su vida vivió cerca del lago Tiberíades, donde había mayor consumo de pescado.

Los comían secos y ahumados, por la ausencia de refrigeración, pero también los pescaban del lago y cocinaban de maneras muy interesantes”, explicó Dickstein.

Pescados, más allá de un símbolo

El estudio de la culinaria de hace milenios tiene varios vértices de interés para la arqueóloga: la comprensión de la cultura, el simbolismo de los elementos y, por supuesto, el disfrute gastronómico.

“A lo largo de los años he coleccionado unas 300 recetas bíblicas que pongo en práctica a menudo”, comparte la arqueóloga.

Entre los pescados que comían Jesús y sus convecinos están la tilapia, el pez de san Pedro, y los traídos del Mediterráneo, como la palamida y la princesa del Nilo, llegada de Egipto.

El equipo con el que trabaja Tova Dickstein cuenta con un experto en espinas de pescado, Omri Larnau, quien llega a las excavaciones y es capaz de analizar y concluir qué pescados se consumían incluso hace 7.800 años.

En la época de Jesús el pescado se comía los sábados y con el tiempo pasó a ser también la comida del Shabat (día sagrado del judaísmo), porque el Shabat, la noche del viernes y el día del sábado hasta el atardecer, se distingue por hacer cosas que no se hacen en los días laborales, como trabajar, encender fuego y comer pescado.

“Tanto es así, que el Tanaj (Biblia) dice que cuando llega un mendigo hay que alimentarlo de una manera específica en los días de diario y con pescado en Shabat”, explicó la especialista.

Sobre la simbología del pez la arqueóloga cuenta: “Como los cristianos eran perseguidos en aquella época y debían ocultar su credo, se dice que cuando un individuo cristiano quería saber si su interlocutor lo era también pintaba en la arena medio pescado. Si el otro lo completaba, confirmaba su religión, y si no lo era, no tenía por qué entender qué era ese garabato”.

Además, varios de los milagros de Jesús están relacionados con los peces, porque eran parte integral de la cultura y, Dickstein recuerda que el Talmud (compilación de leyes judías) para referirse a un tiempo corto se dice “del mar a la sartén”. También en referencia a los pescados.

Recetas

Entre los platos favoritos de la época, estaba el pescado con puerro, que se cocinaba en las fiestas, y también el pescado encebollado.

La arqueóloga también se refirió a un pescado preparado con huevo frito: “Es muy interesante, porque se cocinaba el pescado, se freía, y luego se le ponía un huevo frito encima, que puede ser que fuera el comienzo del ‘fish and chips’”, dijo.

El pescado frito era muy popular y también el asado dentro de papel de cera o pergamino. “Este lo ponían dentro de una sartén plana y hasta hoy se prepara así en lugares de Nazaret”, explicó.

Además, había una salsa muy conocida, llamada ‘garum’, según explicó Tova. “Era de color transparente ámbar y se confeccionaba salando pescados pequeños, como anchoas, recogiendo sus líquidos y cocinando el pescado con ellos. Aún hoy se hace, suena horrible, pero es delicioso”, sonrió la arqueóloga amante de la cocina.

Frutas, cereales y vino

Además, no faltaban los dátiles, que crecían en el lugar, y cuando llegaron los romanos, trajeron consigo manzanas, melocotones, ciruelas y albaricoques de Europa, y que se empezaron a plantar entonces en el norte de Israel.

En aquella época consumían también mucho trigo y también una variedad de este cereal más dura llamada trigo emmer, que da más trabajo en su preparación”, indicó la arqueóloga.

Los tres elementos de la comida bíblica que estaban presentes en el Templo judío y también en las casas de la época en la noche del viernes siguen siendo fundamentales hoy en día en la alimentación en esta región, indicó la experta: los cereales, la uva y el aceite de oliva. “Nunca podemos olvidar el vino ni el aceite de oliva”, concluyó.

Con información de FuenteLatina.

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